El primero de agosto los portones de la firma Moliendas del Sur volvieron a abrirse tras un acuerdo y compromiso de pago celebrado entre el empresario Antonio Carrasco, los trabajadores y los Estados municipal y provincial.
Lamentablemente el estado de conflictividad volvió a colocarse en el centro de la escena ante el incumplimiento de la firma en el pago de una cuota del acuerdo de pago.
“Carrasco no respeta a nadie y mucho menos a los trabajadores”, afirmó José Manchot, uno de los operarios del sector de camioneros que ayer bloquearon el acceso a la firma en reclamo de sus haberes adeudados.
Los asalariados están exigiendo que alguna autoridad de la firma dé la cara y brinde las respuestas necesarias y que estaban garantizadas por escrito y que preveía el pago el día 5 y 20 de cada mes de las quincenas y de los haberes adeudados. Esto no sucedió. Por el contrario, los trabajadores denunciaron que una parte de la harina de pescado acopiada fue retirada por el empresario y comercializada aunque el dinero nunca se destinó a cancelar sus deudas. Según se señaló, ese dinero se habría utilizado para cubrir parte de la mora que existe con sus empleados en Mar del Plata que son 63 personas, quienes habrían percibido el dinero la pasada semana.
Hasta ahora solo reina la incertidumbre porque no hay certezas sobre cuándo Carrasco estará en Puerto Madryn. Algunas de las versiones refieren a que hoy podría apersonarse y dar una respuesta a la demanda de los trabajadores aunque no hay nada en concreto.
Por el contrario, se sabe que en el interior de la planta se realizaron los trabajos de mantenimiento y limpieza para comenzar a producir harina de pescado pero esto no sucederá porque se carece de los servicios de luz y gas que son imprescindibles para hacer este tipo de operaciones. Mientras tanto el residuo de pescado sigue depositándose en los cuencos municipales sin que pueda ser procesado y convertido en harina de pescado.
Para lograr la reactivación de la firma se logró un acuerdo en el Ministerio de Trabajo donde se estableció el pago a trabajadores de la planta; a la vez que se compromete a dejar alrededor de un millar de bolsas de harina de pescado como garantía de continuidad. En menos de un mes todas las expectativas volvieron a caer al vacío con una nueva medida de fuerza por parte de los trabajadores.
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